Nombres de Máquinas de Coser Antiguas: Historia y Coleccionismo

Descubre los Nombres de las Máquinas de Coser Antiguas: Una Historia Fascinante

Apr 19 2025

Descubre los Nombres de las Máquinas de Coser Antiguas: Una Historia Fascinante

Máquinas de coser antiguas

Las máquinas de coser aparecieron por primera vez en el año 1755. Claro está que por aquel entonces, las máquinas de coser antiguas como hoy las conocemos, no tenían mucho que ver con las que ya tenemos por casa. Aunque quizás todavía queda alguna de ellas es algún rincón del desván. Era habitual que nuestras abuelas la tuvieran o que todavía la conserven.

Unos años después de su invención aparece la máquina de coser un poco más elaborada y gracias al inglés, Thomas Sanint. Aunque tiempo después y con más inventores de por medio, se le va dando forma a las llamadas máquinas de coser antiguas. Una de las primeras máquinas patentadas era de madera y contaba con una aguja de lengüeta.

Marcas de máquinas de coser antiguas

Sin duda, siempre hay algunas marcas que nos suenan más que otras. Quizás porque las máquinas de coser antiguas han evolucionando y con ellas, también cada una de las firmas que las respaldan. Otras, se han quedado por el camino, debido a varios problemas. Aún así, seguro que todavía te acuerdas de la gran mayoría.

  • Singer: Como bien hemos comentado, es una de las pioneras en máquinas de coser. La primera salió a la luz en el año 1912
  • Alfa: Se creó en el 1920 y también es española. Poco a poco ha ido introduciendo novedades y sigue siendo uno de los grandes y reconocidos nombres.
  • Juki: La oficina principal de Juki está en Tokio. En el año 1947 comenzó a formar parte de las máquinas de coser más famosas y caseras. Claro que después también dio el paso a las industriales.
  • Pfaff: Si hablamos de una de las grandes firmas europeas, tenemos que hablar de Pfaff. Comenzó su actividad en el mundo de las máquinas de coser en el 1862. Llegaban de Alemania. La primera fue hecha a mano y estaba destinada para poder coser el cuero de los zapatos.
  • Elna: Su sede está en Ginebra, pero ya son más de 60 países que pueden beneficiarse de sus productos. Las máquinas de coser Elna existen desde el 1940. La primera de ellas era más compacta y eléctrica. Además, su color verde, rompía un poco el molde al que se estaba acostumbrado.
  • Brother: Otra que sin duda te sonará es Brother. La empresa japonesa todavía hoy cuenta con numerosas máquinas de coser adaptadas a su tiempo. Se fundó en 1908 y y en los años 50 comenzaría su gran expansión. ¿Conoces los modelos actuales de máquinas de coser Brother?
  • Bernina: Una empresa fundada en el año 1893 en Suiza. La máquina de coser Bernina fue la primera para el hogar y apareció allá por el año 1932.

Vender máquinas de coser antiguas.

Si has encontrado una máquina de coser que crees que puede tener algún valor, lo mejor que puedes hacer es dirigirte a portales de internet de venta de segunda mano o a páginas especializadas en subastas o directamente a algún anticuario que conozcas. Cada máquina de coser antigua es muy especial, y su valor puede variar mucho teniendo en cuenta algunos aspectos:

  • Fecha de fabricación de la máquina: En las más antiguas no suele ser sencillo de encontrar, ya que no empezaron a tener registros de fabricación hasta bien entrado el S. XX pero por ejemplo en los pies de hierro forjado de las singer, suele estar en la parte de abajo.
  • Estado de conservación: Esto es uno de los factores más importantes.

En qué condición se encuentra, si puede usarse aún para coser o no. ¿Le falta algún elemento? Es frecuente y totalmente normal debido al paso de los años que todas las máquinas antiguas tengan algún tipo de desperfecto: desconchones de pintura, engranajes que no funcionan oxidados, etc… si tu máquina está en buen estado y puede aún ser usada para coser, estás de enhorabuena. Seguro que puedes sacarte un buen pellizco por ella.

  • “Singularidades”: Las máquinas son un objeto de coleccionista, y como tal más valor tienen cuanto más únicas son. ¿Tiene tu máquina algo que la haga única? Recuerdo haber visto hace unos años una subasta en la que una máquina se vendió por más de 10.000€ porque, entre otras cosas, aún estaba enhebrada con un hilo desde hace más de 100 años!

Como podéis ver, las máquinas antiguas me enloquecen. Saber que detrás de nuestra pasión común hay tantas historias, una evolución tan grande en tan poco tiempo y que nos conecta con tanta gente en el mundo, es maravilloso.

¿Tienes alguna máquina antigua cerca? Si me envías tus fotos, las publicaré encantada.

La historia de las máquinas de coser antiguas

Máquina de Thomas Saint

Lejos de las máquinas de coser electrónicas actuales. La historia se inicia 1755; Londres, cuando el alemán Charles Weisenthal patentó la primera aguja para ser usada en un precario tipo de costura mecanizada. En ningún momento se mencionó el concepto máquina de coser. Hasta 1789 no se volvió a saber del tema, cuando Thomas Saint invento una de las primeras máquinas de coser. Ojo, invento no construyo. De hecho, en 1880, se intentó construir la máquina de coser de Saint pero descubrieron que era imposible. Se necesitaban modificaciones sustanciales.

Barthelemy Thimonnier

En 1830, Barthelemy Thimonnier parece ser que inventó la primera máquina de coser tras una concesión de patente por parte del gobierno francés. Al ser una máquina construida únicamente en madera usaba agujas de púas.
Se dice que antes de esta máquina había inventado otra, la máquina de bordar.

Barthelemy Thimonnier

Predecesores suyos convencieron a las autoridades de que su invento podría ser de gran utilidad y con cedieron a Thimonnier una licencia para construir un lote de máquinas que iban a ser usadas para coser los uniformes del ejército francés.
En menos de 10 años, Thimonnier ya tenía funcionando 80 máquinas, lo que preocupó a los sastres parisinos. Temían que estas máquinas les quitaran el trabajo así que buscaron una drástica solución. Una noche, un grupo de sastres entraron en la fábrica y destrozaron todas las máquinas. También se vio en peligro la vida del propio Barthelemy Thimonnier aunque nunca llego a más.
Con un nuevo compañero como socio, empezaron a producir en cadena nuevas máquinas mejoradas. Lo cual avivó de nuevo el fuego recibiendo un nuevo ataque en la fábrica.
Con Francia en medio de la revolución, Thimonnier no podía esperar ayuda de la policía o el ejército así que huyo a Inglaterra con la única máquina de coser que consiguió salvar. Podríamos decir que Barthelemy Thimonnier fue el fabricante de la primera máquina de coser, fue el primero en vender sus máquinas y dirigió la primera fábrica de ropa. A pesar de ello murió no cubierto de todo el oro que se podía esperar. Muchos intentaron seguir sus pasos y mejorar la máquina para poder venderla, pero por unas causas u otras nadie logro que consiguieran la aceptación que esperaban. Hasta que llego Elias Howe.

Chhaya Mehrotra

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