Descubre manualidades creativas para trabajar las emociones
Este ejercicio es ideal para trabajar la concentración y ayudar al alumnado a relajarse y ser más consciente de su respiración. El primer paso para realizarlo es contar con una plantilla imprimible del laberinto presente en en suelo de la catedral de Chartres y dar una fotocopia a cada uno de los alumnos (otra opción es que lo dibujen ellos mismos). Deberán colocar el dedo de la mano no dominante en el inicio de este y comenzar a trazar el camino mientras controlan su respiración. Así conseguirán concentrarse en seguir las líneas mientras respiran y se van relajando.
Las manualidades constituyen una herramienta poderosa para que los niños expresen sus emociones, especialmente aquellos que aún no dominan el lenguaje verbal. A través de la creación artística, pueden procesar experiencias, tanto positivas como negativas, de forma segura y creativa. Esta capacidad innata de conectar emociones con la expresión artística se ha observado desde tiempos remotos, evidenciada en las pinturas rupestres y en las expresiones artísticas infantiles a lo largo de la historia. El arte, en este sentido, funciona como un lenguaje universal.
La elección del medio artístico influye en la expresión emocional. La pintura, por ejemplo, permite explorar la gama cromática para representar diferentes estados de ánimo: colores cálidos para la alegría, fríos para la tristeza. El modelado con plastilina facilita la expresión de la frustración o la rabia a través de la manipulación de la forma. El collage ofrece la posibilidad de integrar diversos materiales, reflejando la complejidad de las emociones y la búsqueda de una síntesis personal. Observar cómo el niño elige los colores, las texturas y los materiales nos proporciona información valiosa sobre su mundo interior.
Es importante guiar a los niños sin imponerles ideas preconcebidas. Se trata de facilitar un espacio seguro donde puedan experimentar libremente con diferentes técnicas y materiales. Preguntar “¿Qué te hace sentir?”, “¿Qué colores representan esa emoción?”, o “¿Qué forma tiene tu tristeza?” puede ayudarles a conectar con sus emociones y a plasmarlas en su obra. La validación de sus sentimientos, independientemente de cómo los expresen, es fundamental para fomentar la confianza y la autoestima.
La interpretación de las obras infantiles no debe ser literal, sino más bien intuitiva y comprensiva. No se trata de encontrar un significado oculto, sino de comprender el proceso creativo y la expresión emocional del niño. Es importante recordar que cada obra es única y refleja la individualidad del creador. El proceso de creación en sí mismo es terapéutico y contribuye al desarrollo socioemocional del niño, favoreciendo la autoconciencia y la regulación emocional.
Si hablamos de actividades para trabajar las emociones en primaria, no puede faltar el semáforo de las emociones. Con este semáforo ayudaremos a los preadolescentes y adolescentes a identificar el origen de sus emociones y a enfocarlas de forma correcta. Para ello, dibujaremos un semáforo en el que cada color va a relacionarse con una pregunta:
Tegs:
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